La Primera Guerra Mundial (1914-1918) no solo fue un conflicto bélico a gran escala, sino también una batalla por el control de la información y la opinión pública.La propaganda y la censura se convirtieron en herramientas fundamentales para los gobiernos de los países beligerantes. Su objetivo era mantener la moral alta en el frente interno, justificar los sacrificios económicos y humanos, y deshumanizar al enemigo para consolidar el apoyo ciudadano.La censura, por su parte, buscaba suprimir cualquier información que pudiera generar disidencia