Este fin de semana dejó dos fotos de dos países distintos. Arriba, San Mamés: 60.000 gargantas recordando que, ante un genocidio, la neutralidad es complicidad. Euskadi y Palestina, pueblo con pueblo. Abajo, el Bernabéu convertido en el parque temático del imperio. Tres millones para glorificar a un país que financia bombas, guerras y muerte mientras aquí se deshace lo público. Dos imágenes simultáneas, una pregunta inevitable: ¿de qué lado estás cuando la historia llama?