El Departamento de Eficiencia Gubernamental del presidente estadounidense Donald Trump se ha disuelto cuando aún le quedaban ocho meses para cumplir su mandato, poniendo fin a una iniciativa lanzada con gran fanfarria como símbolo del compromiso de Trump de reducir el tamaño del Gobierno, pero que, según los críticos, ha generado pocos ahorros cuantificables. «Eso no existe», declaró a principios de este mes a Reuters el director de la Oficina de Gestión de Personal, Scott Kupor, cuando se le preguntó por la situación del DOGE.