No daba prácticamente entrevistas y, vistas las pocas y desganadas que dio, se agradece mucho que se negara. Cuando conoces demasiados rincones de alguien a quien admiras, es cuestión de tiempo que dejes de hacerlo. Que hablen las canciones por mí, decía sin decirlo, pero todos lo entendíamos. Los profetas de cualquier religión, y esta, desde hoy, lo es, no dan entrevistas, dejan textos para que los interpretemos.