El investigado utilizó un lenguaje duro y torpe, que incorporó expresiones insultantes, como la alusión a ratas o cucarachas, mientras otras tenían especial significado en el momento en el que se pronunciaron, como el término «bebelejía», en referencia a las manifestaciones al respecto de algún líder político extranjero. Sin embargo, el mensaje transmitido no incita a la violencia o la discriminación en los términos que reclama el tipo penal, como potencialmente capaz de poner en riesgo el proyecto de vida en libertad y seguridad”