Mientras el mundo corre detrás de actualizaciones, parches y algoritmos que predicen nuestros deseos antes de que los tengamos, hay quienes eligen otro camino. No por nostalgia, sino por convicción. En garajes, foros y ferias especializadas, una comunidad global de usuarios, ingenieros y artistas sostiene una industria paralela: la informática retro. No como reliquia, sino como posibilidad. ¿Y si el futuro que nos prometieron no era el único posible?