Bajo lo que a primera vista parece un pobre desierto y unas aguas tranquilas, la región del Golfo Pérsico alberga en el subsuelo el mayor tesoro energético del mundo. Allí, en una franja de territorio que conecta a Arabia Saudí, Irán y Qatar, se concentran tres yacimientos de hidrocarburos únicos 'en su especie', que contienen reservas de hidrocarburos sin parangón en el planeta. No es una casualidad geológica: este es el epicentro energético del mundo, un triángulo de oro negro y gas azul que ha alimentado economías.