La Iglesia católica es, hoy aún, un auténtico poder fáctico en España, que recibe millones de euros de dinero público cada año vía impuestos. En su estructura, en el día a día, a pie de calle, trabajan y colaboran casi 150.000 personas, entre sacerdotes, diáconos, religiosos, catequistas, capellanes, misioneros, monjas y monjes de clausura y seminaristas, esto sin contar los más de 36.000 profesores de religión.