Sorteo del Gordo de Navidad, un día anual de la marmota en el que, como en la peli Atrapado en el tiempo, sólo cambian más o menos simpáticos detalles. Los matemáticos nos explican por enésima vez la poca probabilidad de que ganes el gordo (hablando ahora de granos de arroz en vez de rayos o de accidentes aéreos), la tontuna irracional de creer que es más probable que te toque si compras en doña Menganita, pero menos si adquieres números feos, etc. Pero, ay, con la superstición hemos topado, amigo Sancho...