Al calentarse el clima, se prevé que animales y plantas migren a zonas más frías: más altas, los polos o aguas profundas. Pero hallaron que más de un tercio de especies migran a zonas más bajas, el ecuador o aguas menos profundas. Un estudio propone que podría no deberse a la temperatura, sino a cambios en la interacción entre especies (depredador-presa, planta-polinizador, competidor-cohabitante): si el borde más cálido del hábitat se vuelve más acogedor (depredadores salen o especies útiles entran).
- Paper:
doi.org/10.1111/gcb.70332