En nuestro país teníamos la costumbre, endémica desde hace décadas, de construir líneas nuevas pero nunca gastar suficiente en mantenimiento, provocando un empeoramiento progresivo en los tiempos de viaje. Lo que estamos viendo ahora, sin embargo, son renovaciones integrales dirigidas a que la infraestructura mantenga sus prestaciones (Madrid-Sevilla) o, como se ha prometido con este aumento de velocidad, las mejore sustancialmente.