Como en cualquier otro país, en Irán la realidad tiene poco que ver con lo que dicen los medios y con lo que pretenden los aparatos del Estado. A pesar del islamismo, el año pasado el ministro iraní de Cultura, Mohammad Mehdi Esmaili, afirmó que en el país la asistencia a las mezquitas había descendido de manera “muy alarmante”. La población que va a rezar ha disminuido y el número de mezquitas también. En febrero de 2023 un destacado clérigo iraní, Mohammad Abolghassem Douabi, reveló que 50.000 de las 75.000 mezquitas del país, han cerrado.