Todo apunta a que en 2026 la maldad seguirá campando a sus anchas. Así que vendrán los malos y seguirán con su objetivo de destruir gran parte de lo que la gente de bien ha levantado a lo largo de décadas con sudor, lágrimas y bastante sangre. La iniquidad triunfa cuando impulsa a la gente a dejarse llevar por sus miedos o sus bajos instintos o a refugiarse en la indiferencia, unas tentaciones muy seductoras. Así que, como gente de buena voluntad que son, practiquen la defensa activa (ya saben, la mejor es un buen ataque) donde puedan.