En la década de 1930, una gran hambruna golpeó la Unión Soviética y provocó un éxodo masivo: en solo dos años, más de diez millones de personas abandonaron el campo, sumiendo a las ciudades en el caos y la criminalidad. Para restaurar el orden, Stalin organizó en 1933 una gran "limpieza" en Moscú y Leningrado, expulsando a todos aquellos considerados una molestia social. Seis mil personas "indeseadas" fueron arrestadas al azar: campesinos, delincuentes menores, viajeros, vagabundos o simplemente individuos que no encajaban en la estructura...