Soy un soñador despierto y me encanta la imaginación. La fotografía callejera es un medio excelente para expresar mis inquietudes. Hay muchas escenas surrealistas que suceden a nuestro alrededor. Lo que necesito es simplemente "salir a la calle", "dejar de jugar con el smartphone", observar" y luego "hacer clic". Es bastante sencillo, a diferencia de dibujar, escribir, etc. En 2011, después de ver "Valencia, España 1933" de Henri Cartier-Bresson, me enamoré de la fotografía callejera.