Pongámonos en situación. Bilbao, 1992, estreno de Akira en cines. Es la primera vez después de mi infancia en la que asisto a una película de animación en un cine. También es la última vez que fumo en un cine. Esa conjunción de cosas que empiezan y terminan resume bastante bien el significado simbólico de una película como Akira, dirigida por Katsuhiro Otomo (Tome, 1954) y basada en su propio manga, que no concluiría hasta unos años después del estreno de una película, con un final diferente.