Las embarcaciones que transportaban este comercio eran los clíperes del té, estrechos veleros de altos mástiles, construidos para la velocidad. Desarrollados en la década de 1840 y perfeccionados en la de 1850, podían transportar grandes cargamentos a una extraordinaria velocidad. Los más famosos fueron construidos en Aberdeen, Glasgow y a lo largo del Támesis; sus afiladas proas y sus imponentes aparejos estaban diseñados para acortar días, incluso semanas, el viaje desde China.