Ya no se aspiraba a llegar al poder para servir a la gente, para cambiar las cosas, para mejorar el nivel de vida de la gente, sino sólo para mandar, para tener realitos en la bolsa, tener mi carro, mi casa, que mis hijos vayan a estudiar a tal o cual lado… Este fenómeno se generaliza desde entonces en el Frente. Esa corrupción, que se convierte en una política de Estado, corrompe también la mentalidad de la gente