En 1966, Conway y Guy se preguntaron si existía un tetraedro homogéneo estable solo sobre una cara. Años más tarde, hallaron que no. ¿Y si pudiera distribuir su peso desigualmente? Hace días matemáticos húngaros presentaron el primer modelo físico de tal tetraedro monoestable: 120 gr, 50 cm su lado mayor, fibra de carbono ligera, carburo de tungsteno denso, con una parte 5000 veces más densa que el resto, en gran parte vacio. Para funcionar, necesitó precisión de 0,1 gr y 0,1 mm. Podría ayudar a sondas espaciales a incorporarse tras aterrizar.