Expertos abocados al estudio de comportamientos altruistas sostienen que hay un gen que influye en la generosidad humana, y aclaran al mismo tiempo que, de todos modos, el medio ambiente puede influir. En otras palabras, se es generoso, en cierta medida, por naturaleza, de nacimiento. Pero si alguien no lo es, el medio en el que crece y la educación que recibe, pueden cambiar su tendencia natural.