"los operadores nucleares en España enfrentan una carga fiscal de 27,3 €/MWh brutos (28,6 €/MWh netos), la más alta entre los países evaluados. Mientras la mayoría limita sus gravámenes a la gestión de residuos, combustible gastado y desmantelamiento, España impone además tributos adicionales que suman 9,2 €/MWh". En comparación, Suiza, que presenta la segunda mayor carga fiscal específica, "aplica apenas un 2,4 % de coste fiscal adicional, frente al 10 % que representa esta carga suplementaria para España sobre la carga fiscal total".