Una de las respuestas más habituales a las quejas sobre privacidad es que a mí no me importa un carajo lo que sepan de mí, porque no tengo nada que ocultar y porque dudo que lo que compro, lo que veo o lo que me follo, le interese a nadie. Muy bien. Le alabamos a este tipo su modestia, y le decimos que seguramente tiene razón, porque nuestra vida, lo que compramos, votamos, comemos, follamos y regurgitamos no le importa una mierda a nadie. Es verdad. Lo que importa es la suma de nuestros actos. Controlando la suma se convierten en nuestros …