Una pequeña y desconocida empresa china, DeepSeek, revolucionó en enero de este año la industria de la inteligencia artificial (IA) generativa. Su modelo R1 funcionaba tan bien o mejor que la última versión de ChatGPT, pero era gratuita y de código abierto. La clave está en su apuesta por el llamado aprendizaje por refuerzo. La IA generativa, la que es capaz de producir textos, imágenes, vídeos o audios a partir de una serie de instrucciones del usuario, se apoya en el aprendizaje profundo (deep learning). Se trata de una estrategia dentro de