Raúl Alfonso Paredes, el ultra que se hace llamar Un murciano encabronao, me ha pagado por fin los 30.000 euros de indemnización a los que le condenaron por inventar que soy cocainómano en siete vídeos, audios y mensajes de texto publicados en distintas plataformas entre abril de 2021 y febrero de 2022. Él dice que todo es mentira, que lo condenaron sin pruebas y sin juicio como consecuencia de una oscura trama de prevaricación en la que participaron un ministro, la jueza, su hermano y yo.