Se viene discutiendo estos días si Escolar despidió a una periodista por no escribir un artículo al dictado, o si fue porque Elisa Beni se dedicaba a hablar mal por ahí del periódico en en el que trabajaba. Me parece a mí que este debate está viciado desde la base, o que tiende más a la teología que al periodismo, por la abundancia de posturas dogmáticas que uno lee, alejadas de cómo funcionan las coas en el mundo real.
Yo escribo aquí, y escribo como Feindesland (territorio enemigo), porque no me pagan. Si me pagasen, no podría o no debería escribir aquí, porque la empresa editora no querría que cabrease a su clientela. Así son las cosas, por mucho que se hable de pluralismo, de libertad de expresión y de otras y duiversas variantes del sexo de los ángeles.
En mi caso, escribo a veces en El Español, a veces en Jotdown, a veces en una franquicia leonesa de Eldiario.es y en otros medios, porque tengo muy claro que hay que evitar tocar los huevos a quien te encarga un trabajo, ya seas periodista, fontanero o cocinero de catering. Y si eres cocinero de catering no puedes llevar chuletón de vaca a casa de un vegano. Y si eres religioso, ni está bien, ni siquiera es de buena educación, ir a rezar el rosario a la mezquita del barrio. Y menos aún, para luego llamarles intolerantes a los musulmanes si te dicen que te vayas a tomar por culo. Porque a veces parece que la cosa va de eso: provocar, para luego señalar.
Para escribir en todas partes hay que tener un carácter muy especial, como Vizcaíno Casas, gran fascista, que escribía a la vez en El Alcázar y en Interviú, pero no confundía los artículos que tenía que mandar a cada medio. Por mi parte, habiendo firmado ya en más de veinte medios distintos, escribiría con gusto en Público y en Okdiario, la misma semana, y sin despeinarme, pero sin faltarle al respeto a sus editores ni a sus lectores, porque si no somos hemipléjicos, tenemos ideas de sobra para exponer tanto en un medio como en el otro. O al menos eso tratamos de pensar de nosotros mismos los columnistas de la vieja escuela.
Escolar no ha cometido ningún acto de sectarismo: se ha limitado a hacer lo que todo gerente tiene que hacer, como ya expliqué hablando de lo que aprendí del director de una guardería. Se trataba, obviamente, de una exageración, o una parábola, pero no dejaba de contener, creo yo, una gran porción de verdad. Cuando se vive en un mundo como el actual, que nos puede gustar más o menos, no se puede jugar a Pepito Grillo con los garbanzos de tus jefes y tus compañeros. Existe eso que se llama la línea editorial, y existe eso que se llama la sensibilidad de la parroquia, y si tienes que decir otra cosa vete a decirla a otro sitio, con tu nombre o con seudónimo, pero no hagas como aquel colaborador que tuve, que preguntaba todos los números por quién era el principal anunciante para ponerlo a parir. Y se enfadó mucho cuando le di la patada, oye.
Aunque no le falte razón a Lenin cuando decía que la libertad de prensa es la libertad del dueño de la imprenta, también hay que tener en cuenta que los juntaletras tenemos bastante mano ancha, en general, para exponer nuestros puntos de vista, mientras haya pluralidad. Pero para eso hay que ser freelance, y no esperar una nómina fija a fin de mes. Para que la libertad de expresión tenga menos límites, hay que saber a quién le envías tu artículo, ser cortés ante todo, y no jugar al trágala con los que te pagan y con los que te leen. Porque lo que está claro es que todos tenemos el derecho a decir lo que nos parezca, pero nadie tiene la obligación de leernos, de escucharnos, ni de publicarnos.
Por eso aprecio tanto un sitio como este, donde no me pagan, pero escribo lo que me da la gana. Y por eso me encojo de hombros cuando me ponen a parir, o levanto una ceja cuando escribo algún artículo muy poco progresista y llega a portada. Pero si me pagaran, aunque fuese a 5€ la pieza, tendría que aguantar que Ángel, o quien fuera, me dijese que me cortara un poco, o fuese a escribir a Forocoches.
Opinar es libre, pero no es gratis. Y el que no lo entienda, que busque otro oficio.
Hoy el Times of Israel contaba las largas colas de israelíes ante la embajada portuguesa para emigrar de su país a Portugal. La noticia corre como la polvora en redes sociales. Entre los muchos comentarios al respecto, la gente hace paralelismos de lo que ocurre en Palestina y lo que le puede ocurrir a Portugal.
Pero lo interesante no se queda ahí. A ver si os suena lo siguiente. Algunos comentarios como el de Alex en Twitter señalan "Ellos (los israelíes) han estado comprando casas y edificios desde 2015 siendo la razón oculta por la que un nativo portugués nunca podrá permitirse una vivienda en Lisboa, sino que culparán a los pobres inmigrantes"
x.com/Maadthinker/status/1995165663439237602
Cosa que hemos me recuerda a España desde Vox, García Gallardo hace unas semanas decía que el problema de la subida de precios de la vivienda era de los inmigrantes latinoamericanos. ¿Pero qué dicen los datos al respecto en España? Los datos dicen "Los precios más elevados correspondieron a los compradores procedentes de Estados Unidos (3.390 euros/m2)" según El Economista. Luego vemos quien es el mayor rentista de Madrid y son fondos estadounidenses como contaba este meneo en portada. También que los alquileres los acaparan estadounidenses en Valencia.
Esta es la jugada en Portugal, en España. Los americanos, israelíes suben los precios y señalan a los inmigrantes pobres a través de políticos comprados especialmente la extrema derecha. Así mismo ocurre en Estados Unidos mediante la fundación proisraelí "AIPAC". Es la táctica de operar en todos los sitios. Compran primero, promocionan, expulsan a la gente que vive allí y luego echan la culpa a los inmigrantes.
Este es un post que Donald Trump ha compartido en la red social X a las 00:10, hora Washington DC.
Lo comparto traducido aquí (si es que hay caracteres disponibles suficientes), para el que le interese:
«Un muy feliz Día de Acción de Gracias para todos nuestros grandes ciudadanos y patriotas estadounidenses que han sido tan amables al permitir que nuestro país sea dividido, alterado, destrozado, asesinado, golpeado, atracado y ridiculizado, junto con ciertos otros países ingenuos de todo el mundo, por ser “políticamente correctos” y, sencillamente, ESTÚPIDOS cuando se trata de inmigración. La población extranjera oficial de Estados Unidos es de 53 millones de personas (Censo), la mayoría de las cuales depende de ayudas sociales, proviene de naciones fracasadas o de prisiones, instituciones mentales, bandas o cárteles de la droga. Ellos y sus hijos se mantienen mediante enormes pagos de ciudadanos estadounidenses patriotas que, por tener un gran corazón, no quieren quejarse abiertamente ni causar problemas de ninguna forma. Aguantan lo que le ha pasado a nuestro país, ¡pero les está consumiendo hacerlo! Un migrante que gana 30.000 dólares con una tarjeta de residencia obtendrá aproximadamente 50.000 dólares en ayudas anuales para su familia. La población migrante real es mucho mayor. Esta carga de refugiados es la principal causa de disfunción social en Estados Unidos, algo que no existía tras la Segunda Guerra Mundial (escuelas deficientes, criminalidad alta, decadencia urbana, hospitales saturados, escasez de vivienda, grandes déficits, etc.). Por ejemplo, cientos de miles de refugiados de Somalia están tomando por completo el que una vez fue el gran estado de Minnesota. Las bandas somalíes patrullan las calles buscando “presas”, mientras nuestra buena gente permanece encerrada en sus pisos y casas esperando, con todas sus fuerzas, que les dejen en paz. El gravemente retrasado gobernador de Minnesota, Tim Walz, no hace nada, ya sea por miedo, incompetencia o ambas cosas, mientras que la peor “congresista” de nuestro país, Ilhan Omar, siempre envuelta en su hiyab, y que probablemente llegó a EE. UU. de forma ilegal —ya que no está permitido casarse con tu hermano—, no hace más que quejarse con odio de nuestro país, de su Constitución y de lo “mal” que la tratan, cuando su lugar de origen es una nación decadente, atrasada y plagada de delincuencia, que básicamente ni siquiera es un país por la falta de gobierno, ejército, policía, escuelas, etc. Incluso aunque hemos avanzado tecnológicamente, la política migratoria ha erosionado esos progresos y las condiciones de vida de muchos. Pausaré permanentemente la migración de todos los países del Tercer Mundo para permitir que el sistema estadounidense se recupere por completo, terminaré con los millones de admisiones ilegales de Biden —incluyendo las firmadas por el Autopen de Sleepy Joe Biden— y expulsaré a cualquiera que no sea un activo neto para Estados Unidos o sea incapaz de amar a nuestro país; acabaré con todas las ayudas y subsidios federales para los no ciudadanos; retiraré la nacionalidad a los migrantes que socaven la tranquilidad interna; y deportaré a cualquier extranjero que sea una carga pública, un riesgo para la seguridad o incompatible con la civilización occidental. Estos objetivos se perseguirán con la intención de lograr una gran reducción de las poblaciones ilegales y disruptivas, incluidas las admitidas mediante un proceso de aprobación no autorizado e ilegal con Autopen. Solo la MIGRACIÓN INVERSA puede solucionar totalmente esta situación. Por lo demás, ¡FELIZ DÍA DE ACCIÓN DE GRACIAS A TODOS!, excepto a los que odian, roban, asesinan y destruyen todo aquello por lo que Estados Unidos lucha — ¡No vais a estar aquí mucho tiempo!»

Cada vez que se habla de Inteligencia Artificial Generativa, los comentarios se llenan de la misma frase repetida como un mantra: "es solo estadística", "no razona, solo predice la siguiente palabra". La respuesta corta a la pregunta del título es: sí. Pero la respuesta larga es que eso no significa lo que mucha gente cree que significa. Reducir un LLM a eso es como decir que un cerebro humano es "solo un montón de células intercambiando iones": técnicamente cierto, pero absolutamente inútil para explicar el razonamiento humano.
El error base de la crítica habitual es asumir que los LLM funcionan mediante tablas de frecuencias o permutaciones simples, como el autocompletar de tu móvil de 2015.
Lo que aprenden estos modelos durante el pre-entrenamiento no es una lista de qué palabra suele ir detrás de otra. Lo que hacen es aprender a iterar a lo largo de una función de distribución extraordinariamente compleja. Esta función encapsula la estructura lógica, semántica y sintáctica de todo el corpus de texto que ha producido la humanidad.
Imaginad un mapa multidimensional (el espacio latente). En este mapa, el modelo no memoriza frases; entiende la topología de los conceptos. "Rey" está cerca de "Reina" en la misma dirección y distancia vectorial que "Hombre" está de "Mujer".
Esto es lo que le permite "saber cosas" y hablar siguiendo las reglas humanas. No está recuperando datos de una base de datos, está reconstruyendo información navegando por esa distribución aprendida.
Aquí es donde la mayoría de los comentarios críticos se equivocan más. Si nos quedáramos solo con la predicción de palabras (el modelo base), tendríamos un sistema capaz de hablar, pero incoherente y sin propósito.
Lo que dota de sentido a los LLM modernos no es la predicción estadística, sino el Post-entrenamiento mediante Aprendizaje por Refuerzo con Retroalimentación Humana (RLHF).
En esta fase, no se enseña al modelo a hablar, sino a comportarse como nosotros queremos.
Es aquí donde los ingenieros enseñan al modelo en qué sentido debe desplazarse por esa función de distribución para ser útil. Se le premia o castiga algorítmicamente para moldear su "intencionalidad". Gracias al RLHF, el modelo aprende, entre otras cosas, a:
Decir que un LLM no tiene propósito porque "su mecanismo base es predecir tokens" es caer en un reduccionismo que nos impide ver la realidad. Esa predicción es el mecanismo de transporte, pero la ruta que elige el modelo viene determinada por un entrenamiento que va mucho más allá de la estadística simple.
Vemos a mucha gente cómoda en la simplificación del "loro estocástico" porque es una respuesta fácil a un problema complejo. Pero si queremos debatir seriamente sobre el futuro de la tecnología, deberíamos molestarnos en indagar cómo funciona esa función de distribución y cómo el aprendizaje por refuerzo está creando sistemas que, efectivamente, razonan (aunque sea de una forma diferente a la nuestra).

El Economista ha publicado un gráfico sobre la evolución del gasto mensual en pensiones a lo largo de los años donde lo han dado todo a la hora de manipular. Por un lado han puesto el dato de cada año tomando un mes normal, pero en 2025, ademas de poner el dato de octubre (realmente creo que lo han puesto duplicado), han añadido el dato de noviembre, que es el mes en que los pensionistas cobran la extra, por lo que el gasto es el doble, lo que hace que el gráfico muestre un subidón. Pero no es la única manipulación para exagerar la subida, ya que en el eje vertical han cambiado la escala, ya que empieza siendo de 10 (miles de millones de euros) para luego pasar a 5, lo que hace que los valores que superan los 10.000 millones es como si se estirase verticalmente el gráfico, exagerando visualmente la subida.
Es muy común escuchar que la izquierda moderna ha abandonado la “lucha de clases”. ¿Qué hay de cierto en esta afirmación? Aunque suene caduco —y lo es en esos términos—, la izquierda moderna ha dejado de lado el eje materialista de la política para centrarse en el identitario. Para demostrar por qué la derecha obtiene más votos de las clases trabajadoras, voy a usar conceptos de la psicología y la filosofía y los contrastaré con un artículo de Jacobinlat.
Gustavo Bueno escribió un libro llamado "El mito de la izquierda", donde plantea que no existe una sola izquierda canónica, sino una serie de izquierdas con objetivos y políticas diferentes. Por ejemplo, tendríamos la izquierda comunista, anarquista, socialista, etc. En concreto, destacaba un tipo de izquierda posmoderna a la que califica como “indefinida”. Esta izquierda se articula en el plano ideológico y no en un plano material; está más centrada en las ideas que en impulsar leyes y medidas que mejoren la calidad de vida de los trabajadores. Esta izquierda es la que predomina hoy en día.
Tras la Segunda Guerra Mundial, Europa crecía muy rápido, prácticamente al mismo nivel que Estados Unidos. Sin embargo, una vez se alcanzaron unos mínimos del Estado del Bienestar, la izquierda europea empezó a dedicarse a varios “ismos”: ecologismo, animalismo, feminismo, anticolonialismo, etc. Ahora que el crecimiento económico está estancado, la vivienda por las nubes, la amenza de guerra con Rusia y la IA, la izquierda no sabe salir de esa posición indefinida y ha cedido su espacio político tradicional —centrado en el dinero y el bienestar material— a la derecha.
Esta misma tesis se plantea en este artículo de Jacobinlat, medio de referencia en Meneame: jacobinlat.com/2025/11/la-izquierda-esta-saliendo-de-la-edad-oscura-ne
“Debido a que la izquierda se alejó del lenguaje y la política de clase —y de priorizar las demandas económicas— y se inclinó hacia la identidad y la cultura, fue la extrema derecha, y no la izquierda, la que pudo capitalizar la crisis.”
“Precisamente debido a la obvia futilidad de la política de identidad y su agresiva variante ‘woke’, una sección creciente de socialistas está empezando a entender que toda la cultura interseccional es un callejón sin salida político, al menos para los objetivos que los progresistas han tenido tradicionalmente.”
Irene Montero, denunciando cómo no deben sentarse las mujeres: www.tiktok.com/@irenemontero_/video/7577363546284117270
JotDown diciendo que Rosalía es cristofascista: www.jotdown.es/2025/11/lux-lo-obsceno-y-el-fascismo/
Leticia Dolera criticando que OnlyFans es una herramienta del patriarcado: www.elmundo.es/papel/lideres/2025/11/27/6925cadee85ece7a478b4599.html
Críticas a la apropiación cultural desde la derecha: www.meneame.net/story/lilly-wachowski-reflexiona-sobre-apropiacion-mat
Es imposible que ningun proletario, trabajador del campo etc se sienta identificado con este discurso. Esta en las antipodas de su vida cotidiana.
El psicólogo Abraham Maslow propuso una teoría sobre las necesidades humanas representadas como una pirámide. En la base tenemos las necesidades fisiológicas más básicas. En la segunda capa se encuentran las necesidades de seguridad: seguridad física, empleo estable, vivienda asegurada, buena calidad de vida, propiedad privada, etc.
Aquí es donde la derecha se maneja como pez en el agua. Todo su discurso se materializa en estos dos estratos: el miedo al inmigrante, la reducción de impuestos, y en general, mensajes centrados en la seguridad y el dinero. Este encaje ayuda a entender por qué los mensajes conservadores conectan más fácilmente con quienes priorizan estabilidad material.
Por el contrario, la izquierda indefinida se siente más cómoda dialogando sobre los estratos superiores: autorrealización, reconocimiento y afiliación. Se mueve en el terreno de las ideas y las ideologías. La derecha también opera en estos estratos superiores —por ejemplo, con ideas como la monarquía, la iglesia, la patria o la nación—, pero siempre supeditándolos al plano material.
Esta es una de las razones por las que los pobres votan a la derecha: sienten que la derecha representa, al menos discursivamente, mejor sus intereses. No se sienten representados por discursos que provienen de una burguesía acomodada y que se centran en cuestiones como las discusiones de género, la autodeterminación o las batallas culturales. Mientras la izquierda se desgañita en esta dialéctica, la derecha ocupa por la fuerza ese espacio político. En definitiva, el desajuste entre el lenguaje posmaterial y las necesidades materiales crea una desconexión electoral evidente.

De acuerdo con el artículo citado, la victoria de Mamdami se debió precisamente al abandono del discurso identitario en favor del discurso materialista:
“Si hubieras mirado a Mamdani hace cinco años, habrías encontrado a un izquierdista estadounidense muy elitista, muy enclaustrado e identitario, del tipo que puebla la política universitaria, todo lo contrario a la cultura de Sanders. Pero hoy, en su campaña para la alcaldía de Nueva York y en su persona pública, vemos una transformación dramática, casi asombrosa. Hace cuatro años, encarnaba mucho de lo que estoy criticando. Pero hoy es un socialista al estilo Sanders, centrando su campaña en las condiciones económicas de la gente trabajadora.”
En suma, el alejamiento de la izquierda respecto a la lucha de clases no es un mito sin fundamento, sino un fenómeno político verificable que ha transformado su relación histórica con las clases trabajadoras. La combinación del giro posmaterialista, la centralidad del discurso identitario y la pérdida de un lenguaje económico común ha generado una fractura profunda entre la izquierda de salón y las clases populares. Mientras tanto, la derecha ha sabido ocupar ese vacío ofreciendo un relato sencillo, emocional y orientado hacia la seguridad material, lo que explica buena parte de su crecimiento entre los votantes de rentas más bajas.
Como muestra el caso de Mamdani, cuando la izquierda recupera un enfoque materialista y vuelve a poner en el centro los salarios, la vivienda, los servicios públicos y las condiciones de vida, logra reconectar con amplias capas de la población.
"La clase obrera no quiere una revolucion, solo quiere dinero" Alan Moore - From Hell


La, mayoritaria y conservadora, Asociación Profesional de la Magistratura ha celebrado entre el 26 y el 28 de noviembre su congreso nacional en Murcia bajo el lema "Justicia Independiente, garantía de democracia". Lema sorprendente cuando el patrocinador único del congreso ha sido el Banco de Santander. Luego nos sorprenderemos de que exista la "Doctrina Botín".
menéame