La Ley del Mar establecía un plazo para que, a partir de 2009, los países pidiesen extender las 200 millas que la ONU les concedió como aguas territoriales. "Si un país demuestra que su plataforma continental, el lecho marino anexo al continente, se extiende más allá de las 200 millas, puede reclamar su soberanía", explica Kim Holmen, director del Instituto Polar Noruego, el organismo oficial del país sobre el Ártico.