tienen orden de suicidarse antes de caer en manos enemigas y, si una patrulla ucraniana se acerca, tienen órdenes de detonar una granada junto a su propio cuerpo para causar bajas también entre los captores. No se detienen ante un ataque de artillería, tienen buena puntería en el disparo, señal de que han entrenado durante años, y realizan tácticas sorprendentes, como usar a compañeros como cebo de los drones para que otros traten de derribarlos a tiros, incluso poniendo en alto riesgo sus vidas. Si un campo está densamente minado no se detien