La jefa de la policía autonómica, que conserva su cargo desde el Gobierno de Ximo Puig, premia a los escoltas que siguieron a Mazón en sus ausencias el 29 de octubre y, también, a la agente que vigilaba las cámaras del Palau. Además, Salomé Pradas, que no ha aclarado sus llamadas con el president ese día, consigue trabajo en una universidad privada que tiene un 30% de capital de la Generalitat.