Los consumidores pueden infectarse al ingerir pescado parasitado crudo, poco cocido, salado, marinado, no congelado previamente o no tratado convenientemente por otros métodos culinarios. Entre las especies de pescado más consumidas en España (hasta un 94% de hogares) está la merluza europea. La población de M. merluccius de origen atlántico nordoriental fue la más parasitada (87,8%), seguida de la merluza plateada M. bilinearis(65,7%) de las costas del noreste americano y por último de la población mediterránea de merluza europea (26,0%).