El único fenómeno reseñable tácticamente de todo este proceso de descomposición, de falta de equivalencia entre la crudeza del mensaje de seguridad internacional que transmite Europa y la fantasía en que vive Sumar, es la reaparición de Izquierda Unida, un partido que se inmoló en el ‘pacto del botellín’ para desaparecer bajo la falda de Podemos. Maíllo es un líder de IU infinitamente más sólido que Alberto Garzón...