Cuando se produce un terremoto, las ondas sísmicas son capaces de transformar un suelo arenoso en líquido, provocando grandes desastres, como por ejemplo el de San Francisco. Este fenómeno se denomina licuefacción, común cuando las zonas afectadas están cerca del mar. Ahora se propone la inyección en el suelo de una bacteria que transforma el oxígeno y otros nutrientes en Carbonato Cálcico, que, al unirse con los granos de arena, produce un cemento natural, endureciendo el suelo. Hasta ahora se utilizan compuestos químicos para el mismo fin.