Pepe Álvarez, secretario general de la UGT, ha asistido este 6 de julio al Congreso Nacional del Partido Popular para apoyar a Feijóo, el mismo que ha recortado derechos laborales allí donde gobierna. No es una broma. No es una infiltración. No es un gesto de sabotaje. Es una reverencia. Un brindis. Un apretón de manos enmoquetado mientras millones de trabajadoras y trabajadores luchan por no ser desahuciados, despedidos, empobrecidos. Este sindicalismo ya no representa a nadie salvo a sí mismo. Relacionada:
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