Cayo Julio César murió apuñalado en el Senado en los idus de marzo del año 44 antes de Cristo. El 15 de marzo. Acababa ahí su vida, que había estado repleta de guerras, política y luchas de poder. Había conquistado la Galia y había llevado a Roma por primera vez a Britania y a Germania. Había vencido en Hispania y en la guerra civil contra los pompeyanos. Pero su famosa frase Vine, vi y vencí no la dijo (o la escribió) por esas rutilantes campañas, sino por una victoria, quizá menor, en la actual Turquía.