La Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife ha condenado a 31 años de prisión a un inmigrante ilegal por una sucesión de delitos extremadamente graves cometidos contra una mujer de 60 años en un comercio del centro de la capital tinerfeña. Los magistrados subrayan la violencia extrema, prolongada y metódica empleada por el agresor durante más de una hora, tiempo en el que mantuvo a la víctima retenida contra su voluntad, sometiéndola a agresiones sexuales reiteradas, amenazas constantes, golpes e intimidación.