Hoy he ido a casa de un amigo a que me hiciese un arreglo en el ebook y al volver, me ha dado por sentarme en un parque casi vacío a leer. Ya había anochecido y mientras fumaba y leía a Richard Ford, una mujer muy mayor en silla de ruedas paseaba dirigida por una cuidadora latina, a ritmo de caracol. El relato era un coñazo y no he podido evitar escuchar la conversación justo cuando pasaban a mi lado: -Pero señora, póngase bien la mascarilla. -Déjame, hija, si para lo que me queda qué mas dará. …