Curiosamente, esta embajada no representa a España en Italia, como cabría esperar por su ubicación. Se trata, en realidad, de la Embajada de España ante la Santa Sede. Su historia remonta a 1480, cuando los Reyes Católicos decidieron establecer una representación permanente frente al Papado. De hecho, esta iniciativa marcó el nacimiento de la diplomacia moderna. No obstante, la sede física de esta delegación no fue estable hasta 1622, cuando el embajador Íñigo Vélez de Guevara y Tassis alquiló el palacio romano que acabaría convirtiéndose...