Puesto que no se les ha concedido lo que querían, estos criminales deciden continuar con su juego favorito: el crimen organizado. Sólo que ahora resulta que deciden hacerlo como cualquier empresa actúa para vender su producto o servicio; después de un estudio de mercado.Se consulta con una muestra, muy representativa, sus presos. Para ello han utilizado según se puede ver aquí, a sus abogados; que van preguntado a los reclusos, de acuerdo a una encuesta: quién ha de ser el destinatario, cómo han de aplicar su producto y cuándo.