Es difícil encontrar el momento en el que Leonardo descubrió su interés por la geografía y la representación del territorio en mapas. Quizá, tampoco existiera un punto de inflexión como tal, sino que fue un interés creciente como muchos otros en la vida de una persona tan curiosa y productiva. Uno de los primeros paisajes que se conocen de Leonardo, el del valle del río Arno, en la Toscana, ya combina de forma maravillosa su comprensión de la perspectiva, su interés por entender la geografía de su entorno y su interés por representarlo en papel