#4 No, no. Si por el Güerna y por la autopista galleta circulan un montón de coches y camiones. El problema es que, en ambas, y como ya ha dictaminado la CE, la concesión no podía extenderse. Y se extendió, vaya si se extendió.
El negocio de las radiales de Madrid, pues de PM. Si van bien esos empresarios se forran. Si van mal, se rescatan y ya está. Inversión sin riesgo, oiga.
Yo creo que los dos casos no admiten comparación con la lógica, aunque claro, se firma lo que se firma de forma interesada.
Lo que más me llama la atención es el papel de las policías locales, no solamente en San Sebastián de los Reyes. Son probablemente el cuerpo policial mejor pagado y el que menos hace por la seguridad y el respeto de la Ley. También es así en mi ciudad, Gijón. Es desesperante.
#53 Mi comparación de vivir al lado de una nuclear se debe a que yo vivo en Gijón. Algún día se hará un estudio de las muertes por cáncer de pulmón e ictus derivadas de la alta polución del aire provocada por Arcelor y la antigua térmica de carbón. Mi intención era hacer ver que el catastrofismo que envuelve a la nuclear es muy exagerado.
Yo no mantendría mucho más las nucleares existentes. No confío en que sus vasijas resistan tanto tiempo y tampoco me gusta la de Bill Gates. Es un modelo de lecho de guijarros. Cierto que un accidente es aún menos probable pero son muy pequeñas y su destino es que al agotarse el material nuclear se quede para siempre en el pozo en el que está cuando funcionan. Si eso se escalara habría pozos nucleares por todas partes. Tampoco es plan, creo yo.
Tu última frase es con la que estoy más de acuerdo. Que el problema de la nuclear sea su coste y no el miedo que se les tiene.
#33 La radiactividad está presente de forma natural en la corteza terrestre y en los cuerpos de plantas y animales, incluidos nosotros. La radiactividad que Fukushima está lanzando al mar es realmente pequeñísima. Cierto que por encima de la natural, claro, pero realmente pequeñísima.
En primer lugar, en la dilución extrema que se produce en el océano, esa radiactividad no presenta peligro ninguno y, en segundo lugar, el decaimiento progresivo de esos isótopos (tritio, principalmente) hace que la magnitud radiactiva sea cada vez menor y tendente a la natural.
Como dice #5, excepto en Chernobyl, un accidente causado por la chulería e ignorancia (quizás interesada) de sus directores, los demás accidentes que ha habido no han sido en absoluto catastróficos. Los de algunas plantas químicas sí, e incluso la rotura de algunas presas.
Con esto no defiendo mantener las viejas nucleares españolas en funcionamiento, pero desde luego no desprecio una nuclear moderna, si está bien mantenida y dirigida.
Algunas veces me hacen una pregunta con la intención de que sea retórica: ¿Yú vivirías al lado de una nuclear? Y se sorprenden cuando les digo "antes que al lado de una central de carbón, o de gas, o de una planta siderúrgica... por supuesto, y ojo si es aguas abajo de una hidroeléctrica antigua"
#3 Absolutamente. Lo que pretendo con ese comentario es hacer ver a los docentes asturianos que puedan leerlo que, a pesar de las huelgas de junio, seguimos igual o peor. Y para dejar clara la necesidad de seguir luchando, que nuestra situación es peor que en otros lugares, como Galicia, en los que está empezando a haber movilizaciones.
Seguramente hay motivos entre los trabajadores de la Educación pública gallega para hacer huelga. Pero si esos mismos docentes vieran cómo estamos en Asturias...
Esas centrales ya se han probado. En Francia, la presión para limitar la producción de plutonio, por su posible uso militar, acabó con la que llamaban Superfénix. Como siempre, será China la que saque adelante esa tecnología. Están en ello.
Sobre el papel parecen centrales difíciles de operar pero, si se consigue hacerlo con seguridad, son más eficientes, gastan menos combustible y son más seguras.
Dicho esto, en España sería mucho mejor, y probablemente más barato, iniciar la instalación de parques de baterías que construir otra central nuclear. Pero aquí, incluso la instalación de baterías provoca furibundas reacciones contrarias en las zonas en que se intenta.