La imagen era diáfana en el impresionante nuevo pabellón de McLaren Mercedes. Fernando Alonso, con cara de circunstancias, sentado en una mesa, junto a su padre, José Luis; su representante, Luis García Abad, y un amigo asturiano desplazado a Estambul para ver el Gran Premio de Turquía de fórmula 1. Lewis Hamilton, sonriente, saludando a todos los componentes de la escudería con los que se iba cruzando. Realmente, tal como decía el español el viernes en su conferencia de prensa, "no ha cambiado nada".