El presidente ruso, Vladimir Putin se unió por primera vez, y a seis meses de abandonar el Kremlin, a los homenajes a las víctimas de las represiones políticas en la URSS, sacrificadas, según él, a "ideales vacíos de sentido", en Butovo, uno de los lugares más ensangrentados por las purgas estalinistas. "Estamos aquí para conmemorar a las víctimas de las represiones políticas de los años 30-50", señaló con ocasión del día anual en memoria de las víctimas de las represiones políticas, instaurado tras la caída de la URSS en 1991.