En la península ibérica no se conocen monumentos megalíticos de estas dimensiones anteriores a Menga. Levantado entre 3800 y 3600 a. C., se trata de un dolmen de galería, de 24,9 metros de longitud, con una anchura máxima de 5,7 m y una altura que oscila entre los 2,40 y los 3,50 m. Con 150 toneladas, la losa de cubierta más profunda de Menga es por el momento la piedra más pesada nunca movida como parte del fenómeno megalítico en Iberia, y la segunda de Europa.