“Lo horrible de los Dos Minutos de Odio no era el que cada uno tuviera que desempeñar allí un papel sino, al contrario, que era absolutamente imposible evitar la participación porque era uno arrastrado irremisiblemente. A los treinta segundos no hacía falta fingir..."
En menéame desde noviembre de 2009
menéame
Y los salarios, como siempre, dependen del valor añadido del trabajador. No es lo mismo el director de un hotel que un camarero
Las estadísticas te las sacas de tus huevos morenos ideológicos