A mi siempre me ha parecido que por muy bilingüe, trilingüe, o plurilingüe que uno sea, la lengua nativa es la que impera en reacción a un daño físico inesperado. Sin embargo, esto es algo que únicamente he podido verificar en privado. Estando sólo en casa mi reacción instintiva es utilizar lenguaje soez, en castellano. Sin embargo, nunca había tenido ocasión de comprobar que ocurriría si, en lugar de estar yo sólo, estuviese rodeado por angloparlantes. Pues bien, ayer pude comprobarlo empíricamente...