En la lista de las creaciones humanas (otras hay que nada tienen que ver con la humanidad, como la del diseño nutritivo de la tela de araña o la burbuja de aire submarina que le sirve de nido al pez), en esa lista, decía, no he visto incluido lo que fue, en tiempos pasados, el más eficaz instrumento de dominio de cuerpos y almas. Me refiero al sistema judiciario resultante de la invención del pecado, a su división en pecados veniales y pecados mortales, y el consecuente rol de castigos, prohibiciones y penitencias. Hoy desacreditado...