Sabíamos que se podían falsificar bolsos, cremas, cigarrillos, e incluso diplomas universitarios. Pero hasta ahora no había noticia de falsos trabajos, en falsas empresas, con salarios falsos y jefes que no existen. Por supuesto, está pasando en China. Con la idea de maquillar las nefastas perspectivas laborales de las nuevas promociones, miles de centros formativos empezaron a inscribir trabajos inventados en los registros oficiales. El diario South China Morning Post de Hong Kong calcula que hay cientos de miles de personas en esta situación