Este post examina la evolución reciente de la situación económica de esos jóvenes en España, sobre cuyos hombros recae el peso de sostener este sistema en las próximas décadas. Si uno toma en serio los datos disponibles, la conclusión es tan sencilla como preocupante: España ha venido configurando, en los últimos años, un país mucho más amable para quienes ya han llegado a la jubilación que para quienes aún están intentando llegar.