La batalla de Shiroyama, combate que ponía final a la llamada Rebelión de Satsuma, que tuvo lugar en el contexto de aquella turbulenta modernización forzada del Japón que impulsó la Revolución Meiji, y que el cine inmortalizó en una célebre película porque el medio millar escaso de leales a Takamori, sin esperanza de victoria ante su inferioridad numérica y ante la muerte de su líder, protagonizaron una épica carga en la que cayeron abatidos por ametralladoras.