En El Puerto de Santa María, teníamos un alcalde, que al dejar de serlo, inhabilitado por la justicia, muchos de sus ex votantes, lo quieren hacer santo. Humor fino. Y lo mejor de todo, o casi, los milagros y sucedidos: las reacciones del personal ante lo que ocurre por que no van a beatificar a D. Hernán Díaz Cortesse.