La Justicia, inmersa en un colapso organizativo, es un bebé abandonado en un hospicio. Ahora hay un buen número de jueces que en lugar de estar en su puesto de trabajo, redactando sentencias, dirigiendo juicios, y resolviendo en definitiva los miles de asuntos que se acumulan en sus mesas, están impartiendo clases en másters, cursos, cursillos, paneles, jornadas y mesas redondas. La reglamentación se lo permite, pero solo a partir de las 15h, aunque eso se soslaya. ¿Son culpables los jueces?