No me importan las estrellas son como doncellas que me miran con altivez malditas bellezas de madurez. Y ahora rompo la estrofa con maldad de poeta que no soy, para gritar al mundo, ese que no me quiere entender porque no tengo razones, sólo miedos. Odio mirar esa infinitud ese vacío eterno, ese frío estelar. Y siempre tengo miedo, como en un ruedo eterno, en el que el albedo es un espejo. Miedo. Ser tan pequeño me da miedo. (ContinuumST, 2010. "Poemas rondando la muerte". )